martes, 4 de agosto de 2015

ANECTODA

Les traigo la historia de un paciente de mi mama. un día un señor de 30 años llego a la sala de fisioterapia en silla de rueda, su situación se debía a que padecía una espondilitis anquilosante.
el paciente llego con contracturas musculares a nivel del cuello, pectorales, brazos y de los codos. La columna del paciente estaba flexionada, las caderas con contracturas y las rodillas estaban flexionadas. el joven casi estaba acostado en la silla de ruedas y no podía pararse. 

El tratamiento se empezó con compresas calientes en brazos, caderas y columna junto corriente y  se le daba masajes al área que se estaba tratando. También se hacia  estiramiento en brazos hacia adelante, afuera y atrás. Se le movilizo la pierna hacia el pecho, luego hacia abajo y hacia afuera. Luego ponían al paciente de lado con el fin de hacer ejercicios de rodilla, en donde el pie se lo llevaba hacia el glúteo y luego estiraba toda la pierna. De esta manera se trabajo con el paciente durante muchas semanas hasta que el pudo levantarse de la silla de ruedas.

al poder levantarse se procedió a realizar hidroterapias, en donde el paciente ingresaba en una maquina llena de agua con turbinas calientes igual que un hidromasaje. Aquí el paciente trabajaba todos los ejercicios para brazo, columna, cadera y piernas.

Después de dos meses mas el paciente ya podía movilizarse con bastón. Al darse cuenta de su mejora quedo muy agradecido, ya que podía realizar muchas actividades como bañarse, vestirse y movilizarse solo. A pesar de su sufrimiento durante todo su tratamiento el señor no le importaba porque lo único que deseaba es poder recuperarse para poder trabajar para su familia. Mi mama por otro lado se sentía alegre por haber integrado a ese paciente a la vida diaria. 

Así fue como uno de los pacientes de mi mama pudo mejorarse :)

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